pecespájaros

pecespájarosGabriel Kirchuk, 2011
ISBN: 978-987-26325-1-9
152 p.

pecespájaros nos conduce por un mundo inventado, hecho de múltiples partes que se van uniendo, pequeños fragmentos que han sido recortados, moldeados, cuidadosamente adheridos, como si se tratara de un mural de venecitas. Si nos alejamos lo suficiente, podremos ver que se arma un dibujo. Si nos acercamos, y llegamos a sumergirnos, seremos impactados por el color de esas piedras, por sus formas y texturas. Es un momento donde lo duro se pierde, ablandándose. Para Gabriel Kirchuk las palabras valen en tanto se transforman en música, color, pura sensación:

“Los conectores empiezan a perder sentido, y también las demás palabras… La música inunda cada lapso espacial. Sin lenguaje, le pido, no deje de nadar pez, no deje de nadar, hasta que mi vuelo llegue a tus escamas, y luego sólo flotar sobre hielo naranja.”

Que esta invocación sirva al lector para no imponer su lógica, sino descubrir una nueva. Hay que saber fluir, abrir los ojos debajo del agua, dejarse llevar. Que la lectura sea ágil, original, disfrutable. Abrir y leer, aunque el guiño a Cortázar también supone que estas líneas se traman hasta el final. Como si fuera un cuento, mezcla de chino y argentino -por las vueltas y las resoluciones-, tropical y fantástico, que pone en evidencia a un escritor, a su estética.

El humor y la parodia son claves en este libro. Quizás sean mecanismos imprescindibles para hablar de ciertos temas: el pasaje de la infancia a la madurez, los espacios y las personas que nos marcaron, la aventura –el desafío– de seguir buscando como un niño, con esa avidez, pero ya sin serlo. “La única forma de sobrevivir es siguiendo el ritmo./El ritmo.”

Karina Macció

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